Un imponente mueble que abarcaba dos paredes y no podía ser retirado. Originalmente pesado y oscuro, necesitaba una renovación para aportar luminosidad y un estilo más moderno. Para lograrlo, se retiraron algunos estantes, mientras que otros fueron decapados para resaltar su textura natural. Las antiguas herraduras se reemplazaron por unas más actuales, y se repararon los cerrojos de las puertas que no funcionaban. Finalmente, se aplicó una pátina de cera blanca, logrando un acabado suave y renovado que transforma el mueble en un elemento más ligero y acorde con el espacio.
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