Una clienta quería revitalizar un rincón olvidado y monótono de su terraza, dándole un toque original, vintage y romántico. Para ello, restauré y decoré el mueble, pinté el muro y personalicé las macetas, utilizando pintura específica y altamente resistente para exteriores. Además, añadí estarcidos que aportaron un detalle único y encantador. El resultado es un rincón transformado, lleno de personalidad y encanto, perfecto para disfrutar al aire libre.